martes, febrero 11, 2003

Londres. veinte

EL descenso del aviòn fue una ruleta rusa. Cientos de nuevos, una marea de nubes cubrian Lutton, el sitio donde la Rainair aterrizo dejando mareo en los pasajeros. El dia frio, pero los dias siempre han sido frios aca. Hoy me escribieron que en Mexico el calor comienza a llegar, y aca seguimos saliendo a la calle con chamarra, sweter, bufanda, guantes y una playera termica. Londres.
No podriamos estar aqui si no fuera por Odette y Luis que nos recibieron en su casa, un pequeño estudio en Lewshan, a mediahora del centro de la ciudad y muy cerca de Africa, a menos de cien metro por ambos lados de la acera un par de supermercados debajo de su piso un bar, algunos negocios mas lejos un mercado de alimentos y una tienda de discos usados, un sitio muy ameno. El cincuenta por ciento de la gente que encontramos en los camiones son negros, no falta algunos orientales y algunos arabes. La musica que es escucha en casa es indudablemente negra, el ritmo es innegable aunque le llamen D/B. El reege llego para quedarse. La ciudad huele a fiesta.
Al salir del aeropuerto nos perdimos. Ninguno de los dos podriamos estar por la ciudad si fuera solo por nosotros. El idioma nos aisla. Nada huele o sabe a casa. Aunque de pronto parezca lo contrario al ver tanta diversidad etnica en la ciudad. El tren que debia llevarnos al London Bridge termino dejandonos como 10 estaciones mas alla. Media hora de retrazo y al intentar alcanzar el tren de regreso la puntualidad Inglesa nos dejo en la estacion maletas en mano.

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