domingo, febrero 23, 2003

Al llegar lo primero que hicimos fue salir a Montmartre en busca de Amelie. Resulta occioso responder pero es obvio que no la encontramos, en su lugar una marea de turistas igualitos a nosotros llenaban las calles que conducen al Sagrado Corazon (sacre coeur]. En esas pintorescas callecitas se encuentra lo mismo tarjetas postales que restaurancitos de crèpes que una placita de pintores venidos a menos, pero no por ello del todo malos que harian palidecer de envidia al barrio del artista (paisajistas incluidos]. Caminamos hasta la iglesia del Sagrado Corazon para toparnos con una vista de paris que solo es superada por la vista de Eiffel, pero esa es otra historia y me estoy adelantando.
Las crepas de jamon con queso a pesar de ser francesas no valen los cuatro euros que nos cobraron por ellas, pero estabamos ahi y nada se podia hacer que no fuera comerlas. Despues subimos y bajamos las escaleras de Amelie sintiendonos un poquito protagonistas del filme de Jean-Pierre Jeunet

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