jueves, septiembre 11, 2003

Algo extranio me tiene las tripas revueltas. No creo que sean los Gnocci alla Sorrentina que comí anoche. Y aunque no descarto que el Pastis que trajo de Corsica el Hermano de Alessia haya puesto como locos a mis jugos gastricos tampoco creo que tenga mayor incidencia. Supongo que tiene que ver con la prenostalgia que ya me invade azotada por la exitación del regreso. En tanto descifro mi vida leo al Roger Villareal que en su blog asegura que dirigirá nuevamente una revista. El roger no es alguien cercano pero hemos compartido un par de borracheras en casa suya con líneas de coca y tiernos canticos al puro estilo chilango a la voz de "yano venga para acá" cortesia de una ninfeta amigueta del Fadanelli. Pues decía. El roger asegurá que dirigirá otra resvista, aunque ese es un coemntario que le esccuhado tantas veces de cualqueir manera le aguro suerte...

Minutos despues. Dos joyas me relajan las tripas: "Pese a su popularidad, el Volkswagen ha tenido poca presencia en el mundo del arte. En 1978 un vehículo de éstos fue la estrella de una película en Estados Unidos (Herbie, Cupido motorizado), que poco tiene que ver con el arte (pero sí con el espectáculo, su hermana mayor)". La primera cita no tiene desperdicio (la parte en negritas). "Villoro está encabronado conmigo porque hace diez años publiqué en La Jornada Semanal que era un niño fresa que escribía con cierta gracia, pero nada más. Y hace unos meses en Complot (un número dedicado al cine), escribí sobre la película Vivir mata, de la que él es guinoista, que era una verdadrra mierda. por eso no me traga. De Fadanelli pues seguramente le caga que escriba mucho mejor que él. Qué otra cosa puede ser?"

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