sábado, mayo 07, 2005

Una cerveza por favor

Pasada el furor de la guerra o más bien de recordarla y hacer homenajes a los caídos y a los olvidados (enfermera de Hilter incluída) lo único que queda o que debe quedar es una botella de cerveza vacía rodando sobre su propia panza dejando escapar las últimas gotas del dorado licor.
Pero, "Un borracho sin elegancia es una de las peores calamidades con las que se encuentra uno a lo largo de la vida" , dice Fadanelli, y claro, dice bien, él sabe de lo que habla cuando de borrachos y alcohol se trata

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobrino:
Nos vemos el jueves en el lugarcito ése, tan lindo, de tu amigo. ¿llevo tus revistas?
Te quiere,
Tu tía

No estoy, salí de viaje. Intenta más tarde dijo...

okasssssss