sábado, marzo 19, 2005

El futuro está sólo a un paso en la Exposición Universal de Aichi


JUAN ANTONIO SANZ


Aichi, Japón (EFE).- Robots capaces de tocar en una orquesta o conquistar Marte, autobuses sin chófer y pantallas de cine de 360 grados, son algunas de las miradas a un futuro cada vez más próximo plasmadas en la Exposición Universal de Aichi, Japón.
A una semana de su apertura al público, la Expo Aichi-2005 se abrió hoy a la prensa mundial con una apuesta decidida por el equilibrio entre el medio ambiente y la tecnología más futurista.
Localizada a las afueras de Nagoya, a unos 300 kilómetros al sudeste de Tokio, la Expo Aichi se diferencia de las últimas celebradas en Hannover y Lisboa por el ambiente de ciencia ficción que reina en sus principales pabellones.
"Es una mezcla de La Guerra de las Galaxias, Blade Runner' y Yo, Robot", afirma Homare Nakazawa, uno de los invitados en esta vista previa de la Expo, que estará abierta al público entre los próximos 25 de marzo y 25 de septiembre.
Bajo el lema "La Sabiduría de la Naturaleza", 127 países, empresas y organismos presentan un futuro en armonía con el medio ambiente, con la tecnología como protagonista.
Los héroes de esta Expo Aichi son los robots: androides capaces de imitar a los humanos y facilitar sus tareas diarias, o pioneros del cosmos, como el "Mars Rover" del pabellón estadounidense o el español "P-Tinto", futuro cazador de vida en el planeta rojo.
Así, en el pabellón "La isla del tesoro de Wanpaku" o "Robot Station", se puede contemplar una cohorte de robots dedicados al cuidado de niños, la recogida de basuras, la seguridad de empresas y la limpieza de suelos.
Uno de estos androides, el Wakamaru, recuerda al famoso "C3PO" de la serie fílmica "La Guerra de las Galaxias", con una inteligencia artificial que le permite reconocer cerca de 10.000 palabras.
Pero los más espectaculares, sin duda, son los que exhibe en un espectáculo de efectos especiales y música el pabellón de la firma Toyota.
En su presentación, una orquesta de siete androides entonó la popular música "When the Saints go marching in", con batería, trompetas y otros instrumentos de viento y percusión que tocaban como si fueran humanos.
Uno de ellos incluso animaba al público a bailar una versión rap de esa tonada, con un movimiento coordinado de brazos digno de la mejor película de ciencia ficción.
Otro de los robots era una especie de sillón bípedo semejante a alguno de los prototipos también de la "Guerra de las Galaxias", capaz de llevar a una persona a bordo y desplazarse con sus dos largas "piernas".
Allí estaba también el vehículo "i-unit2" que, con aspecto de sillón rodante, puede convertirse en uno de los artefactos indispensables de las ciudades de un futuro no tan lejano.
Japón está gastando actualmente cientos de millones de dólares en robótica, produciendo androides cada vez más hábiles a la hora de maniobrar "a dos patas", y haciendo así realidad las proféticas narraciones de Isaac Asimov.
Frente a estos autómatas diseñados para hacer más cómoda la vida diaria, Aichi exhibe también los robots dedicados a la investigación espacial.
En el pabellón norteamericano se expone una réplica del explorador marciano "Mars Rover", que ya tiene dos robots, el Spirit y el Opportunity, desvelando los secretos de Marte.
Otro de estos robots "exploradores" es protagonista principal del pabellón español, restando cierto estrellato al homenaje a El Quijote, el concurrido "Bar de Tapas" y la peculiar sala gastronómica diseñada por el artista Javier Mariscal.
Se trata del prototipo P-Tinto, un cyborg, como le gusta llamarlo a uno de sus creadores, Juan Pérez Mercader, uno de los responsables del Centro español de Astrobiología encargado del proyecto.
El P-Tinto, cuya principal diferencia con los Mars Rover estriba en sus patas articuladas en lugar de ruedas, está dotado con chips de ADN y sensores químicos destinados a descubrir el misterio de la vida en el planeta rojo.
"P-Tinto muestra un concepto diferente de robot, quizá más cercano al de un ser vivo por su capacidad para reaccionar ante el medio ambiente", indicó a EFE Pérez Mercader, para quien el futuro más apasionante de la robótica está en esa exploración espacial.
La Expo muestra también autocares sin chóferes y otros vehículos futuristas, como el prototipo "AUTOnomy", que "reinventa la esencia del automóvil", según dijo a EFE Jan Ralph, responsable de exposición en el pabellón de EEUU, donde se exhibe el modelo.
En otro pabellón, el de Japón, es posible situarse en el interior de una esfera y asistir a una proyección en 360 grados de imágenes marinas, aéreas y cósmicas, como si se flotara en esos medios.
En el pabellón de Hitachi, el visitante puede viajar virtualmente por la sabana africana y otros espacios naturales, y hasta ser atacado, también de forma virtual, por un rinoceronte y un cocodrilo.
En el espacio de la empresa Mitsui-Toshiba, uno puede convertirse en uno de los héroes de la película computerizada "Grand Odissey", gracias a las últimas técnicas de digitalización que implantan los rostros de los espectadores en los de los protagonistas del filme.
"Esta Expo hace realidad los sueños de sólo hace unos años. Sueños digitales y sueños de robot", afirmó el empresario canadiense John Cory, también invitado a la muestra previa.

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