viernes, junio 18, 2004

Empecé a escribir cuando alguien me hizo daño y dejé de beber cuando Bukowski murió. Me enamore tres veces, una, dos y tres. Tu eres el número tres. Debo reconocer ante todo que mi insoportable vanidad no me permite mostrarme tal como soy, pero de todas formas dejaré que las palabras fluyan por sí solas y se viertan sobre el papel del modo más inconsciente posible. Confió plenamente en la única parte de mí que me llena, este espectro imaginario al que llamo inspiración; a él le cedo todos mis sueños, como a una amante que, a tientas, intenta reconocerme. ¿He dicho amor? Perdóname...

JO ALEXANDER. Extrañas Criaturas

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Un cuarto vacío y un colchón a la mitad de ese cuarto con paredes llenas de años que quisieran ser blancas para presumir de su minimalismo japonés, pero el tiempo las ha llenado de polvo e historias y además el piso no es de madera, y los montones de hojas garrapateadas en donde documento mi vida desmienten la idea. No es posible ser minimalista si se tiene una historia completa de la cual hacer gala en situaciones de esas que llaman comprometedoras, como cuando se conoce a alguien y se tiene que hacer platica, y hablar del tiempo y lo cara que está la vida. Pero son tópicos gastados por el uso, Es demasiado fácil, aún para mi y mi persistencia por rendirle culto al lugar común. Así no se puede ser minimalista

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