Dos tazas de café cargado y varias, muchas diría, horas después recuerdo que ya no recuerdo nada del sueño de esta mañana. El dolor y la pesadez de cabeza que me acompañó durante todo el día no sólo se llevó las imágenes sino también todo atisbo de cordura.
Por la tarde una noticia pudo hacerme feliz por 15 minutos, el tiempo que duró la sonrisa que los reclamos terminaron por llevarse. Lo único seguro de momento es que regresaré al camino en el mes de julio y ese camino me llevará por senderos ya transitados y que ahora se han vuelto tan añorables... Nos vemos en Madrid
PD.- Del curso de nota roja, como era previsible, nunca supe nada. Ni siquiera se dignaron a enviar un mail que dijera: ni te molestes, no nos interesa tu presencia o algo parecido. Pues que con su pan se lo coman. Ello (quienes quiera que sean) trabajaran meras chaquetas mentales. La materia prima la tengo yo. Las notas las tengo yo... (ardido diría el hoy más que nunca vigente güero Castañeda: pues sí y qué?)
martes, mayo 04, 2004
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