La casa del escritor de Puebla está ofreciendo un curso sobre nota policiaca y literatura negra. Sin tener del todo claro de qué va la cosa y visto que es gratis solicitaré mi admisión, solo que para ello me piden de requisito una carta de motivos. Carajo, como si no fuera suficiente que me gusta el tema y ya... bueno, pues en respuesta a la solicitud está es mi carta:
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A quien corresponda:
Piden un carta de motivos para poder acceder al "olimpo de las letras" que representa esta institución y me pregunto si acaso tendré motivos suficientes para justificar mi necesidad de saber y conocimiento sistemático. Una carta de motivos, sigo rumiando para mis adentros y encuentro que me resulta difícil justificarme ante un anónimo, pues si bien hay un nombre detrás de este curso en realidad a mi nadie me asegura quién será el destinatario de ésta. De cualquier manera comencemos.
Bueno, motivos en realidad tengo muy pocos, o al menos eso creo. Podría comenzar diciendo que trabajo en un diario de circulación local y tengo la obligación semanal de armar (por llamarlo de alguna manera menos institucional) las páginas de la sección policiaca cada viernes y sábado. Esto me obliga a estar en contacto con el trabajo reporteril de la nota roja aún sin ejercerlo de forma. ¿Esto podría ser considerado un motivo para solicitar mi inclusión en el curso? Supongo que no me corresponde a mi evaluarlo, pero lo expongo en caso de que pudiera resultar satisfactorio a quien solicito está misiva.
También puedo señalar un interés, más bien malsano, por la degradación humana y los limites (aún dudo que existan) a los que podemos llegar quienes presumimos de una capacidad de raciocinio y comunicación con nuestros semejantes. Este interés me ha llevado a acumular libros e historias en donde las bajas pasiones son, generalmente, las protagonistas. ¿Este otro argumento entraría dentro del apartado de motivos? Quiero suponer que sí, pues de otra manera podría decir que se me han agotado los razonamientos para justificar mi solicitud.
Así, sin más suyo yo
PD.- Ah... rax, con quien compartí un café hace unos días me exigió el final o más bien la continuación de la historia del tio fantasma... mejor que seguir redactando algo que solamente ella leería decidí contarsela. Claro, oralmente es aún menos graciosa de lo que pudiera parecer al ser transcrita, pero que se le va a hacer. Al menos quedo conforme.
martes, abril 13, 2004
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